Las Torres Blancas: una renovación que rinde homenaje al pasado y mira hacia el futuro
Las icónicas Torres Blancas de Madrid, símbolos de la arquitectura de los años 60 diseñados por Francisco Javier Sáenz de Oiza, están experimentando una transformación innovadora de la mano del joven estudio de arquitectos Noju. Este proyecto de reforma, que abarca un ático de 400 metros cuadrados en las plantas 10 y 11, destaca por el uso de una singular pieza cerámica de WOW Design.
Los arquitectos se enfrentaron a un desafío enormemente complejo al intervenir en un hito arquitectónico de esta magnitud. Sin embargo, en lugar de caer en una nostalgia paralizante, la propuesta de reforma integral se concibe como un diálogo con el edificio, aprovechando la oportunidad para experimentar con nuevos materiales y soluciones formales que rindan homenaje a su contexto.
Terrazas cerámicas: el corazón de la renovación
El elemento central de este proyecto es la recuperación de las terrazas, que se han convertido en el corazón de la propuesta. Todas las estancias principales de la vivienda se orientan hacia este nuevo centro verde, resaltando su papel protagónico. Para realzar aún más este carácter, los arquitectos optaron por utilizar una pieza cerámica esmaltada en un vibrante color verde de la colección Bejmat de WOW Design. Esta elección proporciona una luminosidad única a las terrazas y crea un interesante contraste con el roble mate francés del interior. Una pequeña fuente revestida con el mismo material se convierte en la pieza central de este espacio.
Cerámica verde oliva: una conexión interior-exterior
La cerámica no se limita solo a las terrazas, sino que se extiende tanto al interior como al exterior de la vivienda. Los pavimentos, maceteros y bancadas están revestidos con porcelánico de 5×15 cm, que gracias a sus propiedades mecánicas puede ser aplicado en todas estas superficies. Los arquitectos aseguran que el Olive Gloss de Bejmat convierte los espacios exteriores en auténticos jardines en las alturas. Estas piezas esmaltadas, con su verde profundo, evocan imaginarios de épocas pasadas, pero con un toque contemporáneo.
La cerámica se adentra en la vivienda a través de umbrales de acceso y se utiliza como superficie para colocar plantas de interior, lo que resalta la importancia de los espacios exteriores. Incluso la terraza del dormitorio principal, el mobiliario, el balcón del cuarto de invitados y una estancia acristalada con vidrio curvo que alberga la bañera, están revestidos con el mismo gres cerámico. Esta elección crea la ilusión de un espacio exterior, fusionándose con elegancia con el interior.
Este proyecto de renovación es un homenaje tanto al edificio original como al patrimonio arquitectónico madrileño en su conjunto. El resultado es una casa que recupera el exterior como el núcleo social de la vivienda, donde la cerámica se convierte en la auténtica protagonista material del proyecto. Una auténtica combinación de pasado y futuro.