Estas palabras corresponden a Marieke van Doorninck, quien aparte de introducir el documento Amsterdam Circular dos mil veinte-dos mil veinticinco, strategy, en su condición de Teniente Regidor para el desarrollo y responsabilidad territorial de la urbe de Amsterdam, asevera que como autoridad municipal, desea liderar y desea que su administración será un caso para los residentes de Amsterdam y para los agentes del ámbito privado.
Esas últimas palabras son esenciales resaltarlas, puesto que expresa con claridad que para impulsar cualquier políticas públicas, en un caso así, orientadas a la transición cara el modelo circular, es esencial que la responsabilidad de comenzar el camino cara ese cambio debe venir de las propias autoridades públicas, quienes deben tener plena consciencia que el éxito de exactamente la misma va a depender en buena medida del nivel de participación de la ciudadanía normalmente, puesto que no se trata de un proceso solitario.
La responsabilidad de las autoridades públicas en impulsar el diálogo, discute y mayor participación de la ciudadanía en los temas de la urbe es un factor muy oportuno de valorar en este mes en el que la ONU nos invita a un Octubre Urbano, en el marco del que podamos mirar nuestra urbe y valorar el nivel de consciencia tanto de nuestras autoridades como de la ciudadanía normalmente de fomentar espacios para la participación sobre un mejor futuro urbano y la predisposición de todos por producir conocimiento en esta materia.
¿Qué ha sucedido con esos proyectos y qué otras urbes se han sumado en España a la idea de impulsar una plan de actuación cara el modelo de una urbe circular?, la contestación nos afirmará que tan veloz o lento se avanza en esta materia y qué tanto afecta el tiempo de crisis y el efecto de la inflación en ese proceso.
¿Cuál es la visión que Amsterdam se plantea como urbe circular?
La contestación a esa inquietud, evidentemente, se halla en el documento Amsterdam Circular dos mil veinte-dos mil veinticinco, strategy, en cuyo contenido se nos presenta una urbe siendo consciente del impacto de su consumo y producción, tanto dentro como fuera de sus límites; y nos plantea, una urbe que desea ser reconocida por asegurar una extensa prosperidad, en la que la riqueza material no sea la única medida para valorar una buena vida, sino por asimismo se consideren otros elementos como:
- El bienestar.
- El suficiente tiempo libre.
- La buena salud.
- Un ambiente de vida agradable.
- Un espacio para el desarrollo personal.
Para Amsterdam, el modelo de economía circular le dejará asegurar:
•Una sociedad más justa: a través de la adquisición de servicios en vez de tener productos, todos pueden acceder a productos sólidos y valiosos, ahora y en el futuro.
•Una sociedad más resiliente: al ser menos dependientes, por servirnos de un ejemplo, de materias primas importadas como el fosfato para nuestros comestibles y los metales extraños para nuestros productos electrónicos, nos volvemos más independientes y, por ende, mejor protegidos de las influencias que pueden afectar de forma negativa la importación de materias primas. y materiales
• Una sociedad que contribuye con un planeta más saludable: la reducción de las emisiones de substancias tóxicas a lo largo de la producción, el uso y la supresión reduce los daños a la naturaleza y la salud.
• Una economía más eficiente: la restauración local de materias primas y productos en lo posible conduce a una nueva actividad con menos restos. Esto crea nuevos puestos en múltiples ámbitos, como la industria de reparación y procesamiento.
Amsterdam Circular dos mil veinte-dos mil veinticinco, strategy resalta que las áreas en las que se fortalecerá la circularidad de la urbe, son las siguientes:
1.- Restos, que debe ver con los desechos orgánicos y de comestibles, se enfocan en cadenas de nutrición cortas, consumo de comestibles saludables y sustentable, como en el procesamiento de alta calidad de flujos de restos orgánicos.
dos.- Recursos de consumo, parte por el compromiso que la urbe ha de ser la primera en dar el ejemplo de aprovechar al límite los recursos desechados.
tres.- Construcción de un ambiente conveniente, que impone que la urbe tome la iniciativa con el diseño de criterios circulares aplicables a la urbe, no se trata solo de abordar con criterio circular la construcción de edificios, va considerablemente más allí, se extiende a todos y cada uno de los espacios públicos.
La urbe de Amsterdam se plantea ser cien por ciento circular para el año dos mil cincuenta, está plan de actuación cuenta con un sistema de indicadores que dejará valorar la aptitud de ese objetivo, que indudablemente va a estar condicionado de los avances y logros alcanzados en esta senda que se ha fijado para el periodo dos mil veinte-dos mil veinticinco.
El tema es muy extenso y complejo para ponerle un punto y final, lo he señalado por el hecho de que exactamente el mismo nos deja enfocar la mirada en una experiencia en donde las políticas públicas se transforman en una herramienta clave y la participación de todos y cada uno de los campos en una estrategia esencial para lograr los objetivos previstos.
Además de esto, en el Octubre Urbano, el documento Amsterdan Circular dos mil veinte-dos mil veinticinco, strategy, resulta un interesante documento para aproximarnos a conocer más sobre ese modelo llamado Urbe Circular.
Carlos Romero Mendoza.
@carome31