¿Sabías que la estrella de mar ‘vomita’ su estómago? Te contamos por qué

La estrella de mar es un animal realmente extraño; pese a su aparente simplicidad, su situación evolutiva es más cercana a los vertebrados que a la del resto de invertebrados, y tienen una anatomía compleja. Es parte del conjunto de los equinodermos, que comparte con erizos de mar, lis de mar y pepinos de mar (Pepino de mar para tus ojos).

Estrella de mar – mkurtbas/iStock

Breve boceto de descripción biológica de la estrella de mar

Las estrellas de mar forman, a su vez, un conjunto monofilético llamado Asteroidea, y se conocen fósiles desde el periodo Ordovícico, hace unos cuatrocientos ochenta millones de años. Presentan un cuerpo formado por un disco central desde el como se extienden entre cinco y más de veinte brazos, conforme la especie. Presentan un endoesqueleto, preparado bajo la epidermis, formado por placas calcáreas, preparadas de tal forma que deja un movimiento parcialmente flexible.

La estrella de mar vive en el fondo oceánico, a diferentes profundidades, desde ambientes intermareales hasta los fondos abismales. Son muy activas de noche, y a lo largo del día se acostumbran a ocultar en zonas umbrías.

La mayoría de las estrellas de mar son carnívoras, predadores activos. Puesto que su movilidad es reducida, se nutren de criaturas lentas o sésiles, singularmente moluscos, y sobre todo bivalvos, como mejillones, ostras o almejas.
Asimismo puede comer corales, y en verdad, ciertas especies de estrella de mar, como la corona de espinas, es un inconveniente potencial para los arrecifes de coral si sus poblaciones no son controladas por sus predadores naturales. Los crustáceos, anélidos, erizos de mar e inclusive otras estrellas de mar pueden formar, asimismo, una parte de la dieta de una estrella de mar, y ciertas especies son capaces de apresar peces pequeños. Para agredir, la estrella de mar se pone sobre su presa, abrazándola y sujetándose de manera firme sobre ella.

Estrella de mar corona de espinas, insaciable predador del arrecife de coral – Tarasovs/iStock

La boca se encuentra en la base del disco anatómico, rodeada por una membrana flexible. Mas, en contraste a otros equinodermos como el erizo de mar, que dispone de piezas bucales fuertes, en una predisposición llamada linterna de Aristóteles, la estrella de mar carece de cualquier estructura bucal embrutecida, como dientes o mandíbulas. Mas esta falta no supone un freno a la función de alimentación para la estrella de mar. La evolución ha dotado a estos animales de una forma alucinante de conseguir su comestible desde en la concha resistente del bivalvo.

Evaginando el estómago

La alimentación de la estrella de mar ha despertado la curiosidad de los científicos prácticamente desde su descubrimiento. Y no sin motivo: cuando la estrella de mar ha atrapado una presa entre sus brazos, evagina su estómago, delgado y excepcionalmente flexible, por la boca, y aprovecha la pequeña apertura que los moluscos sostienen entre sus valvas para infiltrarlo en torno al cuerpo tierno de su presa.

Esta forma de ‘vomitar’ el aparato digestible, hasta donde sabemos, es única en el reino animal. Una vez en las conchas de su presa, y con ella aún viva, el estómago de la estrella de mar empieza a segregar enzimas que asimilan, lenta y poco a poco, las partes blandas del molusco hasta que solamente queda de él es una suerte de pasta compacta en las valvas.

Es entonces cuando la estrella de mar repliega su estómago, de vuelta al interior de su cuerpo, y empleando los fuertes brazos, y aprovechando que los músculos que sostenían las valvas cerradas ya no están, abre la concha para absorber el puré parcialmente digerido y acaba de procesarlo y alimentarse.

Estrella de mar jaspeada, dada la vuelta, introduciendo su estómago entre las valvas de un mejillón – Gerald Corsi/iStock

El caso inusual de la estrella de mar sin boca

La activa de depredación y nutrición a través de la evaginación del estómago es muy frecuente en las estrellas de mar, mas no representa una regla absoluta. Hay un conjunto de estrellas de mar que tienen un comportamiento absolutamente diferente. Son los concentricicloideos, asimismo llamados margaritas de mar, que son estrellas de mar sin boca ni cilindro digestible.

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Las 3 únicas especies de margarita de mar conocidas, del género Xyloplax, viven en restos de madera hundidos, proveniente de árboles caídos al agua, o de los restos de un naufragio, en los fondos abismales. No tienen más de diez milímetros de diámetro, y carecen de brazos. Por norma general, la morfología de la margarita de mar es una versión sobresimplificada de la de la estrella de mar; se considera una simplificación evolutiva, como lo sucedido con los pentastómidos y el resto de los crustáceos.

La nutrición de estas criaturas fue un misterio desde su descubrimiento, en mil novecientos ochenta y seis. Se sabe que en la zona ventral del cuerpo, allá donde el resto de las estrellas de mar tienen la boca, la margarita de mar tiene una membrana digestible desde la como se alimenta. Sobre cuál es su fuente de comestible, la hipótesis más admitida en la actualidad plantea que se nutre de bacterias.

Referencias:

  • Forli, M. et al. dos mil veintidos. Asteroidea and Ophiuroidea: Starfish and Brittle Stars. En M. Forli et al. (Eds.), The History of Fossils Over Centuries: From Folclore to Science (pp. cuatrocientos uno-cuatrocientos quince). Springer International Publishing. DOI: diez.1007/978-tres-treinta y uno-cuatro mil seiscientos ochenta y siete-2_22
  • Janies, D. et al. mil novecientos noventa y ocho. Xyloplax is an asteroid. Echinoderm Research.
  • Solomon, E. P. et al. dos mil trece. Biología (9a). Cengage Learning Editores.

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