De todas y cada una de las especies animales, la hormiga cuenta con uno de los modelos de sociedad más complejos que existen. Estos insectos del conjunto de los himenópteros encierran un sinnúmero de curiosidades, sobre las que han corrido ríos de tinta.
Las hormigas colaboran entre ellas y se comunican de forma compleja
La eusocialidad de las hormigas
Esta comunicación es tan profunda, que une la sociedad de las hormigas hasta determinado punto que ninguna sociedad humana puede imaginar, y que se semeja más al funcionamiento de un solo organismo. En esta analogía, cada hormiga está experta en una función concreta, de forma afín a de qué manera lo está una célula en el cuerpo, y es la interacción y la organización entre las diferentes unidades la que conforma el próximo nivel emergente. A este sistema social tan bien unido los mirmecólogos lo llaman ‘eusocialidad’.
La eusocialidad de las hormigas forma un sistema biológico con propiedades únicas, producto de las interactúes entre individuos, que trabajan en forma cooperativa cara objetivos comunes. El estado de la colonia, en verdad, depende en buena medida del tipo y frecuencia de estas interactúes que se dan entre los adultos, mas asimismo entre las etapas inmaduras, las larvas y las pupas. El estudio de estas interactúes es parte de múltiples proyectos de investigación en los que mirmecólogos de todo el planeta prosiguen trabajando para desentrañar sus misterios.
Seguramente, la interacción más esencial entre las hormigas sea la trofalaxia. Si bien para el ojo inexperto, esta actividad puede parecer un simple intercambio de comida entre los diferentes individuos del hormiguero, de boca a boca o de ano a boca, ya su descubridor, el entomólogo William M. Wheeler sugirió que era un proceso clave en el comportamiento eusocial y en la cohesión de los hormigueros.
Las hormigas presentan una compleja sociedad con cooperación y reparto de labores.
La pupa como sujeto activo en la sociedad
Como se ha indicado, en las interactúes sociales del hormiguero no solo participan los organismos adultos, sino más bien asimismo las fases inmaduras. La larva de la hormiga es pequeña, vermiforme y móvil, y es simple de entender que va a tener un papel activo en la sociedad.
No obstante, una reciente investigación, dirigida por la mirmecóloga Orli Snir, de la Universidad Rockefeller en la ciudad de Nueva York, ha llegado a una conclusión muy diferente. Ciertamente, como se deduce de las conclusiones publicadas en la reputada gaceta Nature, la pupa de la hormiga tiene un papel activo y clave en la cohesión social de la colonia, mediante un líquido llamado ‘fluido de muda’ o, como sugiere llamarlo la etóloga de la Universidad de la Sorbona en la ciudad de París, Patrizia d’Ettorre, ‘leche de pupa’.
Pupa de hormiga segregando la característica gota de ‘leche de pupa’ (Snir et al., dos mil veintidos)
El papel de la ‘leche de pupas’
A lo largo de la etapa de pupa, 6 días ya antes de la eclosión, la criatura empieza a segregar de forma natural un fluido que rezuma de manera lenta por el ano, en forma de gota. Un acontencimiento que no es una acción deliberada, sino más bien un hecho ineludible de su desarrollo. Esta ‘leche de pupa’ se observa de manera fácil cuando la pupa es mantenida en cautividad y sin adultos, mas resulta realmente difícil de ver en estado natural, por el hecho de que las hormigas adultas lo van retirando continuamente conforme se forma.
En verdad, la presencia de este rezumado, un medio perfecto para la proliferación de hongos patógenos, afecta de manera negativa a la supervivencia de la pupa. De ahí que su retirada resulte vital a fin de que la pupa alcance su madurez y eclosione la hormiga adulta, por lo que el cuidado parental se transforma en una necesidad.
Mas los adultos no desechan este fluido. El motivo por el cual abundan tan bien los hongos en esta ‘leche de pupa’ es que contiene una extensa pluralidad de nutrientes, incluyendo hidratos de carbono, vitaminas y todos y cada uno de los aminoácidos esenciales. Así, cuando los adultos lo retiran de las pupas, consiguen un producto muy nutritivo y apropiado para otros organismos de la colonia; por poner un ejemplo, para las larvas.
A través de trofalaxia indirecta, las hormigas adultas transmiten entonces este valioso recurso a las larvas. A veces, la larva es puesta de manera directa por el adulto en el ano de la pupa, de tal modo que pueda alimentarse de manera directa de sus secreciones.
El conjunto de Snir ha comprobado que la ‘leche de pupa’ es, para las larvas, un comestible esencial en su desarrollo, dando un desarrollo más veloz y una supervivencia más larga. Además de esto, esta secreción de muda contiene hormonas y substancias neuroactivas que modulan el desarrollo y el comportamiento tanto de larvas como de adultos. Esto transforma, resumiendo, a las pupas en miembros activos en la organización social de las hormigas.
Referencias:
d’Ettorre, P. et al. dos mil veintidos. A fluid role in ant society as adults give larvae ‘milk’ from pupae. Nature, seiscientos doce(siete mil novecientos cuarenta), cuatrocientos cinco-cuatrocientos seis. DOI: 10.1038/d41586-veintidos-tres mil setecientos veintidos-cuatro
Snir, O. et al. dos mil veintidos. The pupal moulting fluid has evolved social functions in ants. Nature, seiscientos doce(siete mil novecientos cuarenta), cuatrocientos ochenta y ocho-cuatrocientos noventa y cuatro. DOI: 10.1038/s41586-veintidos-cinco mil cuatrocientos ochenta-nueve
Vidal Cordero, J. M. dos mil veintiuno. Las hormigas. CSIC, Catarata.