Conforme prosigue incrementando la temperatura global promedio, los acontecimientos climáticos extremos (fuertes lluvias, inundaciones, sequías que se extienden en el tiempo…) cada vez son más usuales, y es un escenario que solamente está destinado a empeorar en las próximas décadas. ¿Qué va a pasar con los ecosistemas del planeta?
“Esa es la enorme pregunta y el trasfondo de nuestro estudio”, afirmó el biólogo John Jackson. Jackson, así como sus colegas biólogos Christie Le Coeur de la Universidad de Oslo y Owen Jones de la Universidad del Sur de Dinamarca, terminan de publicar los resultados de su estudio en la gaceta eLife.
Los ecosistemas deben contestar más veloz
Los autores se centraron en ciento cincuenta y siete especies de mamíferos de todo el planeta, examinaron las fluctuaciones de la población y las equipararon con datos meteorológicos y climáticos de diez años atrás. Entonces equipararon los datos de población con los datos climáticos y meteorológicos de exactamente los mismos periodos.
¿De qué forma se las han arreglado los animales? ¿Las especies se han vuelto aproximadamente numerosas? ¿Tuvieron aproximadamente descendencia?
Mediante su investigación, los científicos consiguieron información sobre de qué forma ciertas especies se han enfrentado al tiempo severo. “Podemos ver un patrón claro: los animales que viven un buen tiempo y tienen pocas crías son menos frágiles cuando llega el tiempo extremo que los animales que viven poco tiempo y tienen muchas crías. Los ejemplos son llamas, murceguillos longevos y elefantes frente a ratones, zarigüeyas y marsupiales extraños como el woylie -bettong de cola de cepillo, que está en riesgo crítico de extinción y es nativo de Australia-”, aclaró Owen Jones.
O sea, las especies menos perjudicadas por el tiempo extremo han sido: elefante africano, tigre siberiano, chimpancé, murceguillo de herradura mayor, llama, vicuña, rinoceronte blanco, oso grizzly, bisonte americano, klipspringer o saltarrocas, murceguillo de Schreibers.