¿Puede enseñarnos Pokemon Escarlata y Púrpura algo sobre las especies invasoras?

La nueva entrega de la popular saga de juegos desarrollada por Game Friky transcurre en la zona de Paldea, un ambiente ambientado en España. Pokémon Escarlata y Púrpura son, además de esto, los primeros de la serie que presentan un planeta completamente abierto, que deja libertad al jugador de viajar por donde desea, y continuar las aventuras y los desafíos en el orden que prefiera.

En la historia primordial del juego, hay un instante clave, justo al acabar las 3 aventuras iniciales, donde se comienza una nueva trama. A partir de ahora, se desvelarán ciertos detalles de esa parte final de Pokemon Escarlata y Púrpura.

La última historia del juego, titulada ‘Camino a casa’, nos invita a adentrarnos en el foso central de la zona, el Área Cero, donde un científico —Albora en el juego Escarlata, Turo en la versión Púrpura—, movido por la curiosidad y la sed de conocimiento, ha creado una máquina del tiempo. Al lado de las criaturas exclusivas, la diferencia primordial entre versiones está relacionada con esta máquina: en Pokémon Escarlata, Albora ha descubierto de qué manera viajar al pasado, al paso que en Pokémon Púrpura, Turo tiene un acceso al futuro. Un acceso a través del que empezaron a llegar criaturas de otro tiempo.

Cotorra de Kramer, visón americano, arruí y mapache – Montaje sobre imagen de GameFreak/Nintendo

La máquina del tiempo como puente entre mundos

En el planeta real no es posible viajar en el tiempo. No tenemos forma de traer especies del pasado de nuestro planeta, y mucho menos, del futuro. No obstante, esta barrera temporal planteada por el juego para videoconsolas puede ser una buena analogía de barreras físicas en el planeta real, como los océanos o los desiertos.

Los ecosistemas del pasado —o del futuro— de Paldea son diferentes a los presentes, y tienen una composición de especies diferente, igual que sucede en el planeta real con los ecosistemas sudamericanos y europeos, por servirnos de un ejemplo.

De la misma manera que un Pokémon del futuro no podría lograr el presente de Paldea de forma natural, no hay hoy en día ningún modo natural de que un animal de Sudamérica, como la cotorra argentina, llegue a España. O no, cuando menos, de una manera tan veloz y masiva.

Es el humano, con su actividad, el que ha facilitado el transporte entre dos zonas con una composición de especies diferente. En el juego, el puente que facilita el paso es la máquina del tiempo, y en el planeta real, son navíos y aeroplanos. Mas, en todo caso, se genera un transporte de especies a un ecosistema donde ya antes no estaban.

Albora y Turo explicando el peligro de los Pokémon del Área Cero. – GameFreak/Nintendo

La jaula del Área Cero

En el juego, el Área Cero está rodeado de una enorme cadena montañosa que marcha como barrera. A lo largo del viaje en elevador se nos notifica de que, originalmente, esta orografía servía como medio de contención para eludir que las criaturas del pasado o del futuro penetraran en Paldea. Mas algo falla, y ciertas especies —como Colmillolargo en Escarlata, y Ferrodada en Púrpurahan sido capaces de atravesar la barrera que conforma la cadena montañosa.

Este caso asimismo es una analogía genial. Cuando se trasladan animales a otros lugares, frecuentemente son retenidos en jaulas u otras instalaciones. Lo hallamos en ciertos animales invasores más frecuentes, como las ya mentadas cotorras argentinas o los mapaches, que entraron como mascotas, o los visones americanos, introducidos y mantenidos en enormes granjas para su explotación peletera.

Mas los animales no siempre y en toda circunstancia se sostienen dentro de las jaulas y se escapan con determinada sencillez. Además de esto, hay personas que deciden liberar a estos animales. Y cuando eso sucede, existe el peligro de que los animales introducidos se asienten en el nuevo ecosistema, logren reproducirse, se naturalicen y que, por último, empiecen a invadir.

Turo advierte el peligro sobre la biodiversidad. – GameFreak/Nintendo

La biodiversidad en riesgo

Los profesores Turo y Albora nos advierten: si las criaturas del Área Cero, provenientes de otro tiempo, logran atravesar la barrera y salir a Paldea, «la biodiversidad de nuestra zona va a correr un grave riesgo». Y eso es, ciertamente, lo que pasa con la introducción de las especies invasoras.

Converses Darwin ya lo afirmaba en su obra más relevante, El Origen de las especies, en 1859: «No debe sorprendernos que las especies de una zona cualquiera sean derrotadas y suplantadas por las producciones naturalizadas provenientes de otra tierra». Las especies invasoras tienen múltiples impactos sobre la biodiversidad nativa: presentan una elevada competitividad, a menudo mayor que las especies nativas debido al corte de introducción. Muchas especies pueden portarse como nuevos predadores, parásitos, o transmisores de enfermedades a la fauna local. Ciertas especies invasoras pueden hibridarse con las silvestres, reduciendo su capacidad reproductiva. E inclusive pueden interaccionar en sinergia con otras especies invasoras.

En la actualidad, se considera el fenómeno de las especies invasoras como la primera causa de pérdida de biodiversidad, sobre el cambio climático. El inconveniente es muy real, y que juegos tan populares como Pokémon traten el tema puede asistir a que las nuevas generaciones estén más mentalizadas.

Referencias:

  • Blackburn, T. M. et al. dos mil once. A proposed unified framework for biological invasions. Trends in ecology & evolution, veintiseis(siete), trescientos treinta y tres-trescientos treinta y nueve. DOI: 10.1016/j.tree.2011.03.023
  • Blackburn, T. M. et al. dos mil trece. Propagule pressure as a driver of establishment success in deliberately introduced exotic species: Fact or artefact? Biological Invasions, quince, mil cuatrocientos cincuenta y nueve-mil cuatrocientos sesenta y nueve. DOI: 10.1007/s10530-trece-cuatrocientos cincuenta y uno-x
  • Blackburn, T. M. et al. dos mil diecinueve. Alien contra native species as drivers of recent extinctions. Frontiers in Ecology and the Environment, diecisiete(cuatro), doscientos tres-doscientos siete. DOI: 10.1002/fee.2020

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