Preconcurso de acreedores: paraliza el embargo y mantiene los directivos

Quedarse sin liquidez es una de las mayores tormentas para cualquier empresa o negocio, esto supone la posibilidad de perderlo todo y fallarle a los acreedores y empleados. Sin embargo, con el fin de evitar pérdidas para quienes financian la empresa, se establece el concurso de acreedores que permite crear un plan de acción para pagar las deudas.

Estas acciones llevan consigo la sustitución del personal de dirección y gerencia de la empresa, por lo que el propietario pierde en cierto modo, el control de ella. Pero existe una alternativa para no llegar a este plan y es el preconcurso de acreedores.

Preconcurso dentro de la Ley Concursal

Dentro de los postulados de esta ley, se encuentra el art 5 bis Ley Concursal que establece un procedimiento clave para aquellos dueños de empresas que son conscientes de su falta de liquidez, pero no quieren perder el control de su negocio al entrar en un concurso de acreedores.

Este proceso le ofrece a la compañía, la oportunidad de un plazo determinado de tiempo para llegar a un acuerdo con los acreedores, solventar las deudas y crear un plan de refinanciación que le permita a la empresa operar sin morosidad.

El concurso propiamente, supone la intervención de personal judicial, sin embargo, el preconcurso evita esto siempre que se solicite el procedimiento en un plazo de 2 meses tras darse cuenta de su estado deudor. Esto supone un acto de honestidad con los financiadores y una oportunidad para evitar un embargo.

Asesoría para el plan de acción

Una vez que la empresa entra en el proceso preconcursal, no se debe perder tiempo y ponerse sobre la mesa todas las opciones y procedimientos disponibles para resolver el problema de insolvencia.

Por eso es muy importante contar con la asesoría de profesionales expertos en empresas en situaciones de crisis, quienes con su amplia experiencia pueden aportar soluciones reales y viables para ejecutar en el período de tiempo establecido.

Es recomendable incluso buscar asistencia una vez se conoce el estado de crisis de la empresa, dado que se pueden generar acuerdos antes de la propia declaración del proceso concursal, lo que beneficiará a la empresa y sus movimientos para responder a los financiadores.

La asesoría antes y durante el proceso de preconcurso, permite que sean los propios administradores y gerentes de la empresa los que den la información, pasos y acciones definitivas de acuerdo con lo que su experiencia, dentro de la dinámica empresarial, le haya dado.

Tiempo del proceso preconcursal

El tiempo es uno de los elementos más importantes a considerar, es pertinente estar al día y tomar las mejores decisiones en el menor tiempo posible. Una vez que se declara el proceso aplicado, la empresa, su asesor y el personal directivo, tienen tres meses para llegar a acuerdos con los acreedores, a este período se le suma un mes para exponer ante el juzgado si se ha alcanzado una negociación que beneficie a ambas partes.

Es importante señalar que, durante esos cuatro meses, se puede operar el negocio con completa normalidad, ya que éste se encuentra libre de embargos, intervenciones o solicitudes de concurso: el preconcurso paraliza todo procedimiento de este tipo.

El único procedimiento que no impide la figura del preconcurso es que los acreedores inicien sus reclamaciones de forma individual, con el fin de tener el dominio si este procedimiento no rinde resultados y se debe llegar a un concurso propiamente.

Ventajas del preconcurso de acreedores

Una de las más grandes preocupaciones de los empresarios es la imagen que se pueda generar de la empresa por haber incurrido en un preconcurso, pero esto no tiene por qué ser una preocupación, dado que se puede solicitar formalmente una gestión reservada del proceso y únicamente sabrán de la situación los acreedores necesarios.

Es así como la imagen de la empresa no queda manchada, sus operaciones siguen caminos normales y los clientes permanecen ajenos a la situación. A esta ventaja se le suma las ya mencionadas, como el mantenimiento del control de sus operaciones sin intervención de organismo judiciales, tiempo extra para establecer acuerdos y lograr nuevas formas de financiación. 

Todo esto, le ofrece una nueva oportunidad a la empresa, que se lleva de una forma más cómoda y segura con el asesoramiento profesional.

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