Hay mamíferos con menos dedos, lógicamente. Cánidos y félidos tienen 4 en sus patas traseras; asimismo los cerdos y cerdos salvajes. Los rinocerontes tienen 3 dedos; corzos y vacas, camellos y llamas tienen dos; y los caballos solo tienen un dedo.
Además de los mamíferos, asimismo hallamos un fantasma en el número de dedos; las aves en general tienen uno o dos dedos en las alas —aunque los hay con 3, como el hoatzin—, y entre dos y 4 en las patas traseras; las ranas cuentan con 4 dedos en las patas delanteras y 5 en las traseras, al tiempo que lagartos y cocodrilos tienen 5 dedos en todas y cada una de las extremidades, como .
Los humanos tenemos 5 dedos, rasgo marcado en el patrón anatómico básico de los tetrápodos – Suriyapong/iStock
El antepasado pentadáctilo
En algún instante del proceso evolutivo, un tetrápodo desarrolló patas con 5 dedos, y tal como ha sucedido en otros muchos casos, ese rasgo resultó ser el más capaz, el más conveniente para subsistir en aquel entorno. Los estirpes con un número de dedos diferente de 5 se extinguieron, y de aquellos primeros tetrápodos pentadáctilos descenderían, con el paso de los eones, toda la pluralidad de anfibios, reptiles y mamíferos modernos.
Los murceguillos asimismo tienen 5 dedos en las alas – Passakorn/iStock
Un rasgo genéticamente determinado
Esquema ilustrativo del patrón autoorganizativo de Turing en el desarrollo de los dedos – (Raspopovic et al., dos mil catorce)
En el lóbulo embrionario que más tarde va a dar sitio a una mano (o a un pie), la combinación de estos genes Hox y otros factores de desarrollo desarrollan un patrón bandeado. 5 rayas que recorren el lóbulo, paralelas, desde las cuales van medrando cada uno de ellos de los 5 dedos. En animales con menor número de dedos, hay otros genes participantes del desarrollo embrionario que entran en juego a posteriori, ocasionando que ciertos de esos dedos se fusionen o se reabsorban. Y los casos de polidactilia —personas que presentan más de 5 dedos en alguna o en sus extremidades—, acostumbran a generarse por mutaciones o por perturbaciones sucedidas en etapas tempranas del desarrollo embrionario.
5 dedos: el patrón perfecto
Causas genéticas al lado, que el número de dedos sea de 5 en el patrón anatómico básico de todos y cada uno de los vertebrados terrestres modernos es una incesante evolutiva. Aquel antepasado común de los tetrápodos, que tenía 5 dedos, resultó ser el más capaz, y su estirpe subsistió, donde otros se extinguieron.
En el entorno en que se desarrollaron estos animales, resultó que 5 dedos eran suficientes mas no demasiados. Probablemente más dedos implicaba un gasto energético extra superfluo, o una capacidad motora peor. Tal vez tener menos dedos lo hacía más torpe para una forma de vida anfibia. O tal vez pudo haber alguna solución mejor, mas el azar de la alteración genética jamás llegó a generar, por lo que la evolución no pudo probarlo.
Al final, el único motivo por el que tenemos 5 dedos es exactamente el mismo por el que los caballos han perdido cuatro: es el rasgo que da mayor destreza de todas y cada una de las posibles alteraciones que se han podido probar, durante la historia de la evolución. Tenemos 5 dedos, por el hecho de que la selección natural establece que es el mejor número de dedos para nuestro entorno y nuestro comportamiento, con base en nuestra historia evolutiva, por lo menos, de todas y cada una de las posibles variaciones que hayan podido acontecer.
Referencias:
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- Kavanagh, K. D. et al. dos mil veinte. Evidence of five digits in embryonic horses and developmental stabilization of tetrapod digit number. Proceedings of the Royal Society B: Biological Sciences, doscientos ochenta y siete(mil novecientos veinte), veinte ciento noventa y dos mil setecientos cincuenta y seis. DOI: 10.1098/rspb.2019.2756
- Laurin, M. et al. dos mil. Early tetrapod evolution. Trends in Ecology & Evolution, quince(tres), ciento dieciocho-ciento veintitres. DOI: 10.1016/S0169-5347(noventa y nueve)01780-dos
- Raspopovic, J. et al. dos mil catorce. Digit patterning is controlled by a Bmp-Sox9-Wnt Turing network modulated by morphogen gradients. Science, trescientos cuarenta y cinco(seis mil ciento noventa y seis), quinientos sesenta y seis-quinientos setenta. DOI: 10.1126/science.1252960
- Turing, A. M. mil novecientos cincuenta y dos. The chemical basis of morphogenesis. Philosophical Transactions of the Royal Society of London. Series B, Biological Sciences, doscientos treinta y siete(seiscientos cuarenta y uno), treinta y siete-setenta y dos. DOI: 10.1098/rstb.1952.0012