La Comisión Europea ha explicado que las reglas de la UE (Unión Europea) impiden al Banco Central Europeo (BCE) conmutar la deuda de los Estados miembros.
La polémica brota después de que se diese a conocer un manifiesto promovido por el francés Thomas Piketty al lado de cientos y cientos de economistas.
«La cancelación de la deuda por el BCE está prohibido por los Tratados, de forma especial por el artículo ciento veintitres (del Tratado Fundacional de la Unión Europea) que lo prohíbe», ha zanjado en una conferencia de prensa en Bruselas la portavoz de Economía y Temas Financieros, Marta Wieczorek.
Wieczoreck ha recordado en su intervención que esta circunstancia ha sido ya señalada de forma «clara» por la propia presidente del BCE, Christine Lagarde, no solo en declaraciones a la prensa a lo largo del fin de semana pasado, sino más bien asimismo en distintas comparecencias frente al Parlamento europeo.
En estas ocasiones, ha remarcado la portavoz, Lagarde «ha sido clara al respecto» y ha «aclarado que, ciertamente, la cancelación de la deuda por el BCE está prohibido por los Tratados», con lo que Bruselas no tiene «nada que añadir».
El Ejecutivo comunitario responde así al manifiesto de cien economistas europeos titulado ‘Anular la deuda pública mantenida por el BCE a fin de que nuestro destino esté de nuevo en nuestras manos’, encabezado por el economista francés Thomas Piketty.
En el caso de España subscriben veinta economistas, resaltando la presidente del Partido Socialista, Cristina Narbona, y el encargado de Economía de Podemos, Nacho Álvarez, al lado de economistas como Jordi Sevilla, José Moisés Martín Carretero o bien Jorge Fabra Utray.
Los firmantes ven «positivo y útil» el discute sobre la cancelación de las deudas a cargo del BCE que se ha desarrollado en Francia, Italia, Luxemburgo y Bélgica, como «en los corredores de las instituciones europeas, entre los representantes del propio BCE y los diferentes ministerios de finanzas de la zona euro», en un contexto en el que prácticamente el veinticinco por ciento de la deuda pública europea se halla a cargo del banco central, lo que en el caso de España se cuantifica en más de trescientos millones de euros.
Su propuesta pasa por un contrato entre los Estados europeos y el BCE, de manera que la corporación monetaria se comprometa a conmutar las deudas públicas que tiene (o bien a convertirlas en deudas perpetuas sin intereses), al tiempo que los Estados se comprometen a invertir exactamente las mismas cantidades en la reconstrucción ecológica y social.
Lagarde, no obstante, consideró este fin de semana «inconcebible» la condonación de la deuda de los países de la Unión Europea vinculada a la Covid-diecinueve y emplazó a los defensores de esta idea a dedicar sus sacrificios a aprovechar bien los fondos europeos.
«Si la energía gastada en demandar la cancelación de la deuda por la parte del BCE se dedicase a un discute sobre el empleo de esta deuda, sería considerablemente más útil», aseguró Lagarde en una entrevista publicada el último día de la semana por el semanario francés ‘Journal du Dimanche’.
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