La multa de Hacienda podría aplicarse si no declaras tu casa de vacaciones en la renta

Declarar la segunda residencia en la renta: un paso imprescindible

En pleno verano, muchos contribuyentes disfrutan de sus merecidas vacaciones en su segunda residencia, ya sea en la playa o en la montaña. Sin embargo, es esencial recordar que este tipo de propiedades deben declararse en el borrador del IRPF, incluso si se utilizan de forma ocasional a lo largo del año. La Agencia Tributaria no pasa por alto estos datos y los revisa detenidamente para evitar posibles fraudes fiscales por parte de los contribuyentes.

Penalizaciones por no declarar una residencia vacacional

No incluir una segunda residencia en la declaración de la renta puede tener graves consecuencias. Hacienda iniciará un proceso de comprobación de la declaración y el contribuyente estará obligado a añadir la propiedad de forma retroactiva. Esto resultará en un ajuste en la declaración y la necesidad de pagar la diferencia adeudada. Si el pago no se realiza dentro del plazo establecido, se aplicarán intereses de demora, que pueden alcanzar el 5%. Además, Hacienda tiene la facultad de iniciar un procedimiento sancionador en casos de declaraciones incorrectas, lo que puede conllevar multas de hasta el 50% del monto impagado.

Cómo declarar correctamente una segunda residencia

La forma de declarar una segunda residencia dependerá de su uso. En el caso de ser utilizada únicamente con fines personales, es decir, como residencia vacacional, debe marcarse como «vacía» durante todo el año en la sección correspondiente a «Bienes inmuebles no afectos a actividades económicas». Esto implica el pago de una imputación de rentas establecida por Hacienda. El cálculo de este impuesto se basa en aplicar el 2% (o el 1,1% en casos de valor catastral revisado) al valor catastral de la vivienda. Por ejemplo, si el valor catastral es de 75.000€, el pago de la imputación de rentas será de 1.500€ aplicando el 2%, o de 825€ aplicando el 1,1%.

En el caso de utilizar la segunda residencia para fines lucrativos, como el alquiler, debe declararse como rendimientos de capital inmobiliario y tributará en la base imponible general junto a los rendimientos del trabajo. Es importante destacar que, durante los periodos en los que la vivienda no esté alquilada, se deberá pagar la imputación de rentas mencionada anteriormente. La ventaja de esta modalidad es que se pueden deducir los gastos asociados al alquiler, como los de conservación y reparación del inmueble, así como los tributos y recargos no estatales y los gastos de la comunidad.

En conclusión, declarar correctamente las segundas residencias en la declaración de la renta es fundamental para evitar penalizaciones e inconvenientes con Hacienda. Según Enrique García, CEO y cofundador de TaxDown, «es crucial conocer cómo hacerlo de manera adecuada, ya sea para uso personal o para el alquiler. De lo contrario, podemos enfrentarnos a intereses de demora e incluso a procesos sancionadores por parte de Hacienda».

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