El último proyecto residencial de ARQUIMA destaca el lujo de lo natural

Un proyecto residencial que fusiona elegancia y sostenibilidad

En un magnífico escenario de la costa catalana, la compañía Arquima ha llevado a cabo su más reciente proyecto, un excepcional desarrollo residencial que celebra la belleza de lo natural. Esta vivienda, ubicada en Cabrera de Mar (Barcelona), destaca por su calificación energética A y su certificación Passivhaus Classic, demostrando así su compromiso con el ambiente. Diseñada por Luis Twose Roura en colaboración con los talentosos arquitectos de Arquima, Ana Martínez y Stefano Carlo Ascione, la propiedad abarca una superficie de 231 metros cuadrados construidos.

Un equilibrio perfecto entre diseño y sostenibilidad

El nuevo proyecto de ARQUIMA ha logrado conjugar de manera armoniosa el diseño de vanguardia y la sostenibilidad. Gracias al sistema de prefabricación que ofrece la compañía, el montaje de la envolvente de la vivienda se completó en tan solo 4 días, lo cual es asombroso. Distribuida en dos niveles, la planta baja y la planta primera, la vivienda cuenta con 4 habitaciones y 3 baños. El primer nivel se destaca por su concepto de espacio abierto, donde se encuentran la sala de estar, el comedor y la cocina. Diseñado con múltiples ventanas y orientación hacia el sur, este ambiente se inunda de luz natural, creando una sensación de amplitud y conexión con el entorno exterior.

Un interiorismo que celebra la esencia de lo natural

El proyecto de diseño interior tiene como objetivo principal resaltar la belleza de lo natural. Las paredes blancas y el suelo de cemento pulido en toda la vivienda añaden un toque minimalista a este hogar de tonos neutros y claros. Las vigas de madera a la vista en la planta principal, e incluso en la cocina, le brindan un encanto mediterráneo a la vivienda, a la vez que cumplen una función arquitectónica y decorativa en tendencia. La cocina, por su parte, destaca por su funcionalidad, con muebles sin tiradores y una zona extra para almacenamiento y despensa. Además, cuenta con una barra americana integrada que se abre al salón-comedor y que está equipada con dos taburetes, perfecta para disfrutar de un relajante desayuno.

Un oasis de serenidad y confort

Una escalera abierta, con peldaños de hormigón revestidos de madera de roble natural, preside el espacio de la planta baja, aportando una sensación de amplitud al salón-comedor y ofreciendo acceso a la zona nocturna, enclavada en la primera planta de la vivienda. La suite principal, orientada hacia el sur, y los demás dormitorios, con vistas al norte, brindan un ambiente tranquilo donde descansar. Para los baños se ha elegido un revestimiento de baldosas cerámicas de fabricación artesanal, aportando así un toque de elegancia y calidez.

Una vivienda que se integra con la naturaleza

En cuanto a los materiales exteriores, se ha utilizado un sistema de aislamiento térmico exterior (SATE) compuesto por fibra de madera y corcho. Mientras que en la planta baja se ha preferido dejar el hormigón a la vista, en la planta superior se ha optado por un revestimiento transpirable al silicato de color blanco para cubrir los cerramientos. Los diseñadores de los espacios exteriores han puesto especial énfasis en crear un ambiente acogedor que rivalice con la comodidad del interior. El diseño de la vivienda se basa en el concepto de biofilia, que resalta la estrecha relación entre las personas y la naturaleza. Estar en contacto con elementos naturales ayuda a reducir el estrés, fortalecer nuestras defensas y proporcionar un entorno agradable para nuestra mente.

Construcción sostenible y eficiente

La construcción de esta vivienda se ha llevado a cabo utilizando el sistema industrializado de ARQUIMA, el cual cumple con los principios básicos del Passivhaus de manera sencilla y efectiva. Gracias a su gran aislamiento térmico, su envolvente hermética, el control de puentes térmicos, el uso de ventanas de alto rendimiento y la instalación de un sistema de ventilación mecánica controlada con recuperador de calor, esta propiedad ha logrado reducir en un 80% las demandas de calefacción, refrigeración y confort térmico en comparación con una vivienda tradicional. En el interior de esta vivienda no hay corrientes de aire y la temperatura se mantiene constante a lo largo del año, oscilando entre los 22 y los 26 grados, lo cual proporciona un nivel máximo de confort.

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