El té matcha, una bebida originaria de el país nipón que se ha empleado en la liturgia del té nipona a lo largo de cientos y cientos de años, ya se ha relacionado con una multitud de beneficios para la salud, incluyendo la prevención del cáncer, el perder peso y la mejora de la salud del corazón. Se realiza moliendo finamente las hojas de té verde de la planta Camellia sinensis, que se cultivan a la sombra ya antes de la cosecha para acrecentar la producción de clorofila y aminoácidos.
Ahora, un equipo de estudiosos de la Universidad de Kumamoto en el país nipón han analizado más de cerca los efectos antidepresivos del té matcha y han publicado sus conclusiones en la gaceta Nutrients.
La palabra «matcha» se traduce literalmente como «té en polvo» en nipón, y se usa en una pluralidad de bebidas y comestibles, como el té tradicional de matcha, los lattes de matcha, helados y pasteles.
“La depresión es el trastorno siquiátrico más usual en el planeta, y la cantidad de pacientes con depresión aumenta de manera continua en todo el mundo”, escribieron los autores del estudio. “Aunque existen diferencias individuales en el comienzo de la depresión, se piensa que su patogenia implica una reducción de la función dopaminérgica en el cerebro. El análisis cerebral artículo mortem y los estudios de radioligandos de tomografía por emisión de positrones (PET) en humanos han probado que la expresión y la función del receptor de dopamina D1 dismuyen significativamente en los pacientes con trastorno depresivo mayor».
Té matcha
¿Calma la depresión?
El consumo regular de matcha en ratones a lo largo de estudios anteriores ha mejorado el comportamiento afín a la ansiedad en los animales de laboratorio al activar la función de dopamina mediante la señalización del receptor de dopamina D1. ¿Sería una buena herramienta para tratar la depresión?
Para revisar su posible asociación ventajosa para tratar la depresión, los científicos emplearon un modelo de ratón. Probaron el impacto de tomar este té en un conjunto de ciento noventa ratones. El equipo usó ratones BALB/c tolerantes al agobio y C57BL/6J a los que sometió al agobio del aislamiento social. Cada uno de ellos se sostuvo a una temperatura incesante de veintidos grados y un ciclo de doce horas de luz y obscuridad a lo largo de una semana. Tenían acceso ilimitado a comida y agua. Entonces, a ciertos se les dio té matcha para tomar unos treinta minutos ya antes de una medición de depresión para roedores.
Los resultados del experimento mostraron que los ratones que habían bebido té matcha eran más activos que sus contrapartes. Los estudiosos afirmaron que esto sugería que el té matcha combate la depresión.
Así, tras examinar sus cerebros, descubrieron que el polvo de matcha activaba las conexiones neuronales por medio de las que la dopamina viaja a las áreas del cerebro y el cuerpo, la corteza prefrontal y el núcleo accumbens. Aun en determinados ratones, los síntomas de depresión mejoraron.
«El té matcha redujo el tiempo de inmovilidad solo en ratones susceptibles al agobio que experimentaron un mayor agobio por el aislamiento social y exhibieron un comportamiento más afín a la depresión, en comparación con los ratones tolerantes al agobio», afirmaron los atutores. “Estos resultados sugieren que el polvo de té matcha ejercita un efecto afín al antidepresivo al activar el sistema dopaminérgico del cerebro, y esto está influido por el estado mental del individuo”.
¿Té matcha contra la depresión? Los estudiosos se muestran optimistas dada esta posibilidad. “Además, la integración de matcha en los programas de promoción de la salud tiene el potencial de prosperar su utilidad generalizada”, concluye Kurauchi.
Referencia:
Matcha Tea Powder’s Antidepressant-like Effect through the Activation of the Dopaminergic System in Mice Is Dependent on Social Isolation Stress by Yuki Kurauchi Department of Chemico-Pharmacological Sciences, Graduate School of Pharmaceutical Sciences, Kumamoto University, Kumamoto ochocientos sesenta y dos-novecientos setenta y tres, Japan. Nutrients dos mil veintitres, 15(tres), 581; https://doi.org/10.3390/nu15030581 Received: nueve December dos mil veintidos / Revised: dos January dos mil veintitres / Accepted: diecisiete January dos mil veintitres / Published: veintidos January dos mil veintitres