El cáncer se puede contagiar (por lo menos en animales)

Por lo menos en 6 especies animales se sabe que el cáncer puede esparcirse a otros individuos diferentes. En otras palabras, el cáncer puede contagiarse

Fotografía superior: citología de un cáncer infeccioso de berberechos, donde pueden observarse células malignas.
Wikimedia Commons | Alicia L. Bruzos, CC BY-sociedad anónima

Alicia L. Bruzos, Universidade de S. de Compostela y Jose Tubio, Universidade de S. de Compostela

Siddhartha Mukherjee se refería al cáncer como el emperador de todos y cada uno de los males ya hace más de diez años y, ahora más que jamás, este título caracteriza realmente bien esta enfermedad pues se ha descubierto que el cáncer puede contagiarse.

Los libros aún definen el cáncer como una división desmandada de células anormales en parte del cuerpo que ocasionalmente pueden esparcirse por todo el individuo. No obstante, en por lo menos 6 especies animales se sabe que el cáncer puede esparcirse a otros individuos diferentes. En otras palabras, el cáncer puede contagiarse.

Los cánceres infecciosos se desperdigan a través de la trasferencia entre individuos de células cancerosas vivas. Ningún virus, bacteria o bien parásito inficiona las células del nuevo paciente, sino es una célula cancerosa del individuo perjudicado la que se va a dividir de forma desmandada en el nuevo individuo. En otras palabras, estas células cancerosas adquieren la habilidad de contagiarse.

Dicha habilidad equivale a la creación de un nuevo “parásito” infeccioso: la célula cancerosa “parasítica” inficionará a un individuo diferente al que la produjo, se va a dividir y sus células “hijas” seguirán inficionando a otros individuos.

El hecho de que en el nuevo individuo cohabiten células sanas propias con células cancerosas de otro individuo nos deja diagnosticar estos cánceres infecciosos puesto que el ADN de las células cancerosas no coincide con el de las células sanas.

Hasta el instante se han descrito ya cánceres infecciosos que afectan a perros, diablos de Tasmania, almejas, mejillones y berberechos, mas merced a los avances en secuenciación del ADN, posiblemente en la próxima década se identifiquen considerablemente más casos en otras especies.

Tantas historias como cánceres infecciosos

Mukherjee se remontaba en su libro al cáncer de mamá que sufrió la reina persa Atossa en el quinientos a. y también. c. mas el día de hoy sabemos de un cáncer aún más viejo y que, sorprendentemente, prosigue vivo: el cáncer infeccioso de perros. Recientes estudios científicos lo han datado con ocho cero años de edad y como prosigue contagiándose de cánido a can quién sabe los años que va a vivir.

Tal y como si de un virus se tratara –pero sin tener nada que ver con un virus–, los cánceres transmisibles clonales se pueden comportar como una epidemia. Y justamente esto es lo que ocurrió con el cáncer infeccioso de los diablos de Tasmania: en tan solo unos veinte años la población se vio mermada debido al alto número de contagios de este cáncer que mata diablos a un ritmo preocupante.

En dos mil ocho esta especie fue declarada en riesgo de extinción y muchos temían su desaparición, mas los últimos estudios apuntan a que los diablos de Tasmania se están amoldando para convivir con este cáncer.

Diablo de tasmania.
Shutterstock / Milan Rybar

Más pasmosos son todavía los cánceres infecciosos de bivalvos que, en algunos casos, pueden inficionar a individuos de otras especies. La célula de cáncer se produce en una almeja con el ADN de esa especie y después se extiende en poblaciones de otra almeja diferente. En estos casos, al secuenciar una almeja con cáncer se halla el ADN de 2 especies de diferentes. Los mecanismos que dejan a una célula de cáncer evadir las defensas de un individuo de otra especie desconciertan a los científicos y también investigaciones en el mundo entero tratan de dar luz a este campo.

¿Y en humanos existen cánceres infecciosos?

En las últimas décadas se han llevado a cabo abundantes estudios de secuenciación de pacientes con cáncer y, de momento, solo ha habido casos extraños de cánceres infecciosos en humanos. Los casos más preocupantes son quizá los contagios de cáncer de madre a hijo a través de la trasferencia de células cancerosas a lo largo del embarazo. Los análisis genéticos sugieren que las células cancerosas adquieren mutaciones que les dejan evadir las defensas del hijo.

En adultos, el cáncer solo semeja contagiarse cuando las defensas de una persona no marchan apropiadamente. Por servirnos de un ejemplo, los pacientes que reciben trasplantes de órganos pueden ser frágiles a contraer el cáncer de su donante. En dos mil dieciocho, 4 pacientes desarrollaron cáncer de mama tras percibir riñones, pulmones, corazón y también hígado de una donante de cincuenta y tres años que había fallecido en un accidente. Las células cancerosas no coincidían con las de los pacientes, sino más bien con las del donante que en el instante del trasplante no tenía la enfermedad.

Por el momento, no hay patentizas de que un cáncer infeccioso afín al de perros, diablos de Tasmania o bien bivalvos se esté extendiendo en humanos. Si bien eso no desea decir que no pueda ocurrir en un futuro.

En suma, es esencial investigar los cánceres infecciosos puesto que nos pueden asistir a comprender mejor los mecanismos que usa ese “emperador de todos y cada uno de los males”. Quizá de esta forma, cualquier día, podamos destituirlo.The Conversation

Alicia L. Bruzos, Estudiosa de genómica del cáncer y maestra de genética, Universidade de S. de Compostela y Jose Tubio, , Universidade de S. de Compostela

Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *