El aluminio viene resaltando por ser un material más circular que el PVC o bien la madera. Esto se puede observar en el Informe de Circularidad que últimamente ha publicado la Asociación De España del Aluminio. Conforme este informe, el valor de circularidad del aluminio se ubica en el setenta por ciento . Esto supone el doble que la madera y el cuatriple que el PVC.
Este valor se ha extraído desde múltiples indicadores logrados por distintos métodos, como son la Puntuación de Reutilización de Material, el Indicador de Circularidad Material y el Índice de Circularidad. Los resultados de estos índices aportaban, de esta forma, una horquilla en lo que se refiere a la circularidad de cada material, siendo estos intervalos:
- El aluminio presenta valores de circularidad entre el sesenta y cinco con nueve por ciento para el ICM, el setenta y cinco con tres por ciento del PRM, y el sesenta y seis con siete por ciento para el IC.
- En el caso del plástico (PVC) los indicadores estudiados se hallan entre el diez con uno por ciento conseguido para el IC, y el veinticuatro con cuatro por ciento para el ICM.
- Para la madera, se han logrado un valor de treinta y cinco con cinco por ciento para el ICM y un valor de cuarenta y 3 con tres por ciento para el PRM.
El propósito del estudio es el de examinar los índices de circularidad de estos 3 materiales (aluminio, PVC y madera), esenciales en campos tan de peso como la construcción, donde los sacrificios se dirigen a proseguir medrando desde la no emisividad, la durabilidad, y la utilización de materiales cuya continuidad esté asegurada alén de su vida útil como materiales para la edificación.
De este modo, en el caso de los perfiles de ventanas, el valor del ICM puede lograr el ochenta y uno por ciento para el aluminio. Esto es debido a la extensión de la vida útil de las ventanas de aluminio respecto a las de PVC y madera.
El indicador de circularidad se comprende como un porcentaje, con lo que el ideal se ubicaría en el cien por ciento . Cuanto más nos distanciamos de esa cantidad, quiere decir que el flujo de materiales no es circular, sino más bien enteramente lineal. Esto es, con un ciclo vital de un solo uso. “En el caso del aluminio, los indicadores podrían parecer bajos atendiendo a la alta tasa de restauración y a la eficacia en el reciclaje de este material. Lo que hoy distancia al aluminio de esa cantidad del cien por ciento es el hecho de que la demanda de este material es superior al aluminio hoy día en circulación, lo que hace preciso meter aluminio primario en el flujo de materiales”, ha señalado Jon de Olabarria, Secretario General de la AEA.
Dicho de otro modo; el contenido de aluminio reciclado hoy en día está limitado por la disponibilidad de morralla de este material. El incesante incremento de la demanda de aluminio y el hecho de que, en ciertos ámbitos, como el de la construcción, la vida útil de los productos sea de múltiples décadas, hace que el aluminio reciclado hoy en día no sea suficiente para satisfacer la demanda de este material. Se requiere por lo tanto la inyección de aluminio primario en la cadena de suministro.
¿Por qué razón se han aplicado estas 3 metodologías?
El interés creciente por la Economía Circular ha abierto el discute sobre la identificación de las métricas más convenientes en el momento de determinar la consecución de sus objetivos por la parte de productos, organizaciones, países o bien zonas, sin bien todavía no existe acuerdo a este respecto.
Es por esta razón con lo que, en el momento de conseguir estos índices de circularidad medios, se ha efectuado una revisión de 3 de los métodos propuestos: los de la certificación “Cradle to Cradle”, la propuesta por la Fundación Ellen MacArthur, y el cálculo del indicador de circularidad propuesto por el maestro Cullen. De los resultados conseguidos siguiendo cada una de las fórmulas (las que se explican, desarrollan y cuyos resultados se muestran en el informe), se ha extraído este valor medio de circularidad, que ubican al aluminio como el material más circular y sustentable.
¿De dónde brota la necesidad de este estudio?
Bien es sabido que el volumen de materias primas extraídas de la naturaleza ha sufrido un incremento trágico en las últimas décadas. A ello se aúna el carácter lineal del modelo de consumo que acompaña a esta extracción de recursos, en el que el flujo de materiales que vuelven al sistema económico tras ser reciclados es muy reducido. La consecuencia directa más clara son los arduos problemas ambientales que esto produce, y una escasez cada vez mayor de ciertas materias primas, lo que ha provocado una subida de costes no menos trágica.
Indudablemente, el incremento substancial en la eficacia de los procesos ha contribuido a la solución; sin embargo, ha supuesto una mejora solo en un corto plazo. Aun en ciertos casos ha derivado en un mayor consumo de recursos debido a un efecto rebote. “Se hace por lo tanto preciso y también imperativo un cambio de paradigma en el que la actividad económica y el empleo de recursos no prosigan exactamente el mismo patrón”, señala Armando Mateos, presidente de la AEA.