Es más, frecuentemente exhiben y muestran ciertas inconsistencias, como localizaciones o bien formas geométricas no coincidentes de los reflejos.
El sistema de inteligencia artificial desarrollada por los científicos busca estas discrepancias trazando un semblante y examinando la luz que se refleja en todos y cada globo ocular, produciendo entonces una puntuación que sirve como métrica de semejanza. De este modo, cuanto menor sea la puntuación, más probable es que el semblante sea realmente un deepfake.
La verdad es que este sistema ha probado ser realmente eficiente, por poner un ejemplo, en el momento de advertir deepfakes extraídos de ‘This Person Does Not Exist’, un repositorio de imágenes creadas a través de la arquitectura StyleGAN2. Pese a su aparente eficiencia, los autores reconocen que la herramienta, de momento, tiene múltiples restricciones.