Los discos duros son elementos precisos en cualquier dispositivo informático. En ellos se guarda la información y podemos consultarla toda vez que se desee. El disco duro de un PC familiar tiene un tamaño bastante reducido, especialmente cuando la tecnología SSD se ha puesto a nuestro servicio. Hasta hace poco, los discos era mecánicos. En verdad, podemos adquirir aún equipos con este género de disco duro. En ellos la información se graba en discos metálicos y es leída a través de una aguja que se desplaza al punto preciso.
La primordial diferencia entre un disco mecánico o bien HDD y uno SSD es la velocidad de acceso a la información, considerablemente más veloz en los segundos. Esto es debido a que la información se guarda en chips y no intervienen partes mecánicas. Las contraprestación es el costo, bastante más elevado en el caso de los SSD, si bien esta brecha se marcha reduciendo poco a poco más.
Mas los discos duros han sufrido una evolución gigantesca desde la primera unidad que se fabricó con fines de tipo comercial, aunque las receptoras eran empresas. Era el IBM trescientos cinco, una máquina de procesamiento de datos flexible, electrónica que dejaba a las compañías registrar las transacciones conforme iban sucediendo y reflejar simultáneamente cada entrada en las cuentas asociadas. Fue en el mes de septiembre de mil novecientos cincuenta y seis, ya hace prácticamente sesenta y cinco años. Sus dimensiones eran bastante notables, nada menos que de uno con cincuenta y dos metros de largo, uno con setenta y tres metros de alto y setenta y cuatro centímetros de profundo.
Guardaba una cantidad irrisoria de información
En mil novecientos cincuenta y seis no se producían ficheros del volumen que ahora procesamos, la capacidad de este disco era el equivalente de cuatro con dos MB actuales. Considera que una máquina de estas peculiaridades no podía estar al alcance cualquiera, puesto que su coste era entonces de ciento sesenta dólares estadounidenses. Es suficiente con aplicar la inflación que se ha producido desde ese momento para finiquitar de sorprenderse. Su coste ahora sería de uno con cinco millones de dólares americanos.
Los cincuenta discos de los que constaba cada unidad viraban a mil doscientos rpm, lo que logra el centrifugado de una lavadora familiar, y su tamaño no debía ver con el que tienen los presentes discos mecánicos. Tenían un diámetro de veinte pulgadas, unos cincuenta y uno centímetros. Mas esta unidad de disco duro no funcionaba por sí misma, evidentemente precisaba de una unidad de control aneja y de una fuente de nutrición capaz de proveer energía a todo el equipo. dos años después, en mil novecientos cincuenta y ocho, la unidad IBM trescientos cinco RAMAC se mejoró, y dejó duplicar su capacidad agregando un discos auxiliares.