Hay copias de cuadros que ponen en duda incluso a los más expertos
Cuando pensamos en un cuadro, normalmente nos viene a la mente una pintura al óleo. Los hay de muchos estilos en función de la corriente que sigan: impresionismo, realismo, cubismo, expresionismo… la creatividad no tiene límites.
Pero además de la tipología, la calidad es lo que marca la diferencia. A quién no le gustaría tener en casa una de las grandes obras que permanecen en el legado de los museos. ¿Y si te dijéramos que en cierto modo es posible? Hay reproducciones de cuadros famosos súper conseguidos al alcance de nuestra mano y bastante rápido. Sólo es necesario dar con el artista adecuado y colocar el cuadro en nuestro hogar, siempre cuidando de que no reciba demasiada luz directa del sol para su mejor conservación. Si se piensa, en los museos se busca una temperatura estable para la mejor conservación de estas obras.
Las copias de cuadros famosos son una forma de tener en casa tu obra favorita, con reproducciones de la más alta calidad. A lo largo de la historia las obras de arte han sido un elemento decorativo asociado al buen gusto y la clase. La función es decorativa, sí; pero hay cuadros que acaparan toda la atención de la habitación por sí mismos.
Cualquier parte de la casa es óptima para poner un cuadro. Si tenemos cuadros por encargo completamente personalizados, vale la pena completar el trabajo eligiendo bien el lugar apropiado para que no pierda ni un ápice de protagonismo. Por ejemplo en el recibidor podemos tener pinturas de grandes dimensiones que aporten belleza a una estancia por lo general bastante anodina. El salón es el lugar perfecto para tener varios cuadros, así como el dormitorio. La gran ventaja de una pintura al óleo es que proporciona una presencia maravillosa también en otras estancias como la cocina o el baño.
Este grupo de los cuadros por encargo gana cada vez más adeptos entre quienes encargan retratos de mascotas, porque es un bonito recuerdo que perdurará para siempre además de ser un estupendo regalo.
Tener “auténticas” obras de arte
Se venden en ocasiones por verdaderas millonadas; es más, se venden como auténticas. Hay falsificadores de obras de arte que se han hecho un hueco en la historia por poner en jaque incluso a los más expertos, que en numerosas ocasiones no han sabido identificar la diferencia entre la pintura original y la copia. Tal es el caso por ejemplo del pintor chino Pei-Shen Qiang, que pintó supuestos cuadros del artista Jackson Pollock (1912-1956) realizando estafas millonarias.
La falsificación forma también parte de la historia del arte y se puede realizar en dos formas: copiando un cuadro ya existente o realizando una nueva creación atribuyendo al autor.
Y es que el arte es toda una inversión. Aunque no siempre los mejores pintores han sido los mejor pagados en vida. De hecho suelen revalorizarse con el paso de los años. Probablemente Paul Cézanne se hubiera mostrado bastante incrédulo, e incluso habría soltado alguna carcajada, de saber que su cuadro “Los jugadores de cartas” se vendería en el año 2011 por 250 millones de dólares a una familia catarí. Es el cuadro más caro vendido en subasta de la historia.
No se queda atrás la obra “El sueño” que Pablo Picasso pintó en 1932, realizado mediante la técnica de óleo sobre lienzo, que alcanzó los 155 millones de dólares que pagó una de las figuras más famosas de Wall Street.
En cualquier caso, por suerte no es necesario gastar tanto para tener nuestra propia obra de arte personalizada en el rincón de la casa que prefiramos.