¿Cuál es el mejor instante para regar las plantas?

¿De qué manera llega el agua a la planta?

El proceso por el que las plantas transportan el agua por su interior, y por el que, primeramente, absorben el agua del suelo con las raíces, tiene exactamente el mismo principio que el que hace ascender un jugo por una paja. Un efecto de absorción, que fue descrito en mil ochocientos noventa y cinco por el botánico irlandés Henry H. Dixon, y que se describe por el modelo de tensión-cohesión.

La descripción del modelo fue acogida con escepticismo, y no fue hasta la década de mil novecientos noventa, prácticamente cien años después, que las pruebas experimentales dejaron contrastar esta teoría. Hoy está extensamente admitida como el mecanismo primordial para el transporte de agua en la planta. En verdad, la fuerza generada por la transpiración, por si sola, puede producir tensión suficiente para elevar el agua hasta ciento treinta metros de altura. Sobre la altura de Hyperion, una secoya que con prácticamente ciento dieciseis metros es el árbol más alto del planeta.

Si bien hoy se reconocen otros elementos que asisten al proceso, como la presencia de tensioactivos en el xilema, que evita la capacitación de burbujas que ocasionen embolias en el progresivo de agua.

La teoría de la tensión-cohesión

El principio básico de este modelo es que la columna de agua que se halla dentro de una planta forma un progresivo, desde la raíz, por los haces vasculares del tallo, hasta la hoja. El agua es un fluido que presenta un alto poder de cohesión, sus moléculas se enlazan unas a otras por medio de fuerzas aglutinantes muy resistentes. Esto deja sostener esa columna de agua sin que se rompa.

Existe gran diferencia de potencial hídrico entre el interior de la hoja, siempre y en todo momento sobresaturado de agua, y la atmosfera que la rodea, lo que produce un flujo progresivo de dentro cara afuera. Se genera a través de la evaporación del agua del interior de la hoja, que se libera a la atmosfera por medio de los estomas, pequeñas aberturas en forma de válvula que las hojas tienen en su epidermis. La evaporación produce una tensión que mueve el agua desde los haces vasculares de la hoja cara sus tejidos.

Dada la elevada cohesión del agua, la tensión no llega a romper la columna de agua, y, por consiguiente, todas y cada una de las fuerzas tensoras generadas por la evaporación de las hojas se van transmitiendo a las ramas y al tallo. En su interior, el agua fluye cara arriba, por los haces vasculares del xilema, superando el tirón gravitacionales merced a la tensión que llega desde arriba y a su cohesión.

Por último, esa tensión, recordemos, generada en las hojas, llega a las raíces, donde el agua es absorbida del suelo.

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