Todo hogar que se precie ha de aunar estética y practicidad. Deseamos que sea un espacio ordenado, en el que resulte fácil desenvolverse en el día a día. También deseamos crear un espacio agradable y lo más hermoso posible. Al fin y al cabo, nos representa. Y vamos a pasar una enorme cantidad de tiempo en él. Teniendo todo ello en cuenta, conviene que seamos pacientes y metódicos a la hora de escoger nuestro mobiliario. Y, dentro de ese mobiliario, uno de los elementos estrella es el aparador. Aquí van una serie de consejos que te ayudarán a escoger el aparador que realmente deseas y necesitas.
Escoge el canal de venta idóneo y no te precipites
Actualmente, hay una gran oferta de empresas especializadas en la venta de aparadores de calidad (por ejemplo, la exitosa cadena internacional Maisons du Monde). Si visitas físicamente dichas tiendas (o visitas su página web) te toparás con una gran cantidad de variaciones prácticas y estilos. Si bien resulta indispensable evaluar previamente nuestras necesidades, también deberemos mantener la mente abierta ante opciones que puedan salirse un poco de lo que habíamos pensado. Que incluso mejoren nuestra idea inicial. Hay auténticas maravillas que no te esperabas.
El espacio
Deberás medir muy bien el espacio que vas a dedicar a tu aparador. Este último ha de adaptarse a él con la mayor solvencia. No recargarlo o dificultar el paso. Pero tampoco permitir que se sienta vacío. Toma medidas y haz alguna prueba si lo necesitas.
Ten también en cuenta qué vas a guardar en su interior. De este modo podrás escoger un aparador con cajones de un tamaño u otro. O incluso con un frontal de cristal que te permita exponer bellas piezas de cubertería. Si vas a utilizar la parte superior para colocar tu televisión, ten también el tamaño de esta en cuenta.
La estética
Una pieza posee siempre ciertos valores en sí misma. Pero estos podrán ser reforzados o desacreditados según sea colocada en un lugar u otro. Respetemos la estética de nuestro hogar y busquemos algo que ayude a seguir construyendo ese camino. Si hemos apostado por la madera, no parece sensato adquirir un aparador en el que primen los acabados metálicos. Si deseamos tener un comedor estilo vintage, sería absurdo situar en él un mueble de estilo vanguardista.
Otro aspecto a tener en cuenta es la tonalidad de color, que siempre habrá de armonizar con la de las paredes.
Los complementos
En la línea de lo expuesto en el punto anterior, podemos reforzar el impacto de nuestro mobiliario añadiendo los complementos adecuados. ¿Cuáles son? Libros, bustos y pequeñas esculturas, lámparas y candelabros, plantas, equipos audiovisuales, artículos retro…. Todo dependerá de la estética seleccionada. Para un aparador bajo el espejo es, en ocasiones, una gran idea, que además otorgará cierta profundidad y vitalidad a la estancia.
Si el aparador cuenta con una vitrina, igualmente deberemos considerar los artículos que situemos en el interior de la misma como complementos. Y asegurarnos de seleccionarlos y colocarlos con cierto mimo.
Con o sin patas.
Una cuestión más importante de lo que pudiera parecer. Hay personas que se impacientan muchísimo ante la concurrencia de polvo o suciedad bajo sus muebles. Para ellas, un aparador pesado y sin patas que permitan limpiar la parte inferior puede convertirse en un auténtico quebradero de cabeza. Por otra parte, si el aparador (con la suma de su contenido) es ligero, el tema resulta menos importante.
Has de tener en cuenta la cantidad de suciedad que pueda acumularse en esa zona de la casa y si has de mover el aparador a menudo. Recuerda que tienes a tu disposición aparadores con patas, sin patas o incluso con ruedas.